miércoles, 28 de mayo de 2014

Los filósofos y el sentido del cambio 5

Líderes o seguidores, locomotora o remolque:


Como quedó dicho en entradas anteriores, los responsables empresariales pueden encontrar una ayuda inestimable en la filosofía dado que el mundo que nos rodea no consiste en  números sino en conceptos. Lo que hace apasionante la filosofía como herramienta de management es la carencia total de métodos o reglas para ser creativos y generar buenas ideas. 

Las buenas ideas surgen en cualquier circunstancia,  a veces en soledad, pero en otras ocasiones son consecuencia de un trabajo de equipo. En algunas oportunidades las ideas surgen bajo  presión, y en otras en situaciones de confort. En determinadas circunstancias conviene ser un experto en el tema, pero en otras conviene no saber mucho. 

La creatividad es como el management de la ignorancia. Porque al final la creatividad alumbra algo que desconocemos. Por tanto la ignorancia puede ser un acicate. No hay reglas por tanto pero hay peligros y si entendemos la forma en que funciona nuestro cerebro, estaremos mejor preparados. Por ejemplo: disponemos de tecnologías que ayudan sin duda,  pero nos arriesgamos a asumir que pasado más tecnología es igual a futuro. La electricidad unida a cálculo dio como resultado inicial el que el hombre no tuviese que mover ninguna manivela para hacer operaciones. Pero esto es un resultado pobre. El salto de verdad vino cuando se descartó esa visión de electricidad (tecnología) y cálculo (pasado) y se aplicó una nueva forma de pensamiento que dio lugar a las computadoras. No hay por tanto reglas pero hay formas de pensar. Este es el punto.

En entregas anteriores, quedó claro que una estrategia es una simplificación congelada que se supone que guía a una empresa en un entorno totalmente cambiante. Ello se debe a que las empresas no pueden cambiar de estrategia todos los días porque haríamos inviable una gestión coherente. ¿Qué  pasa entonces con el gap que se genera entre una estrategia congelada y una realidad cambiante? Pues que inevitablemente llega un día en el que necesitamos una nueva estrategia. Como vimos la percepción nos hace tomar conciencia repentinamente de cambios que se producen permanentemente. Ante esto solo hay dos alternativas: O lideramos el proceso inventando una nueva visión estratégica o nos percataremos tarde de nuestro error. ¡Eureka! a ¡Caramba!. En el lado cognitivo de nuestro cerebro ambos son los mismo exactamente. Son tomas de conciencia repentinas pero una es positiva para la empresa y la otra no.

Sesgos cognitivos en deducción:

Caso 1:
Jack mira a Hellen, y Hellen mira a Charles. Jack está casado pero no Charlie
Hay algún casado mirando a un no casado?
Respuestas: Si, no o no hay información suficiente.
Ver respuesta más adelante.

Caso 2:
Mi hermana estudia filosofía y en su tiempo libre es voluntaria de Green Peace y trabaja en un refugio de mujeres.
¿Consideras  que hay una alta probabilidad de  que dentro de veinte años ella trabaje en un banco y a la vez esté comprometida con una asociación feminista?
Ver respuesta más adelante.

Sesgos cognitivos en inducción:

La inducción es como vimos el mundo de la creatividad. Pero la forma en que se plantean las preguntas condicionan sin duda las respuestas. No hay posibilidad de errores pero si ciertos riesgos: ir demasiado rápido o no reflexionar lo suficiente. 

Otro ejemplo:
Cuál de estas compañías no pertenece al grupo?

Goldman Sachs
Deutsche Bank
American Express
Pfizer.

Probablemente la respuesta sea que la que está de más es Pfizer. Las tres primera tienen una marca de dos palabras y son empresas financieras y Pfizer es farmacéutica con una sola palabra.

Si hacemos la misma pregunta alterando el orden:

American Express
Pfizer
Goldman Sachs
Deustsch Bank

La respuesta probablemente hará alusión a la nacionalidad de las empresas: Deutsche Bank es la única no americana.

Ante el mismo problema damos soluciones distintas según la forma en se plantea la pregunta. No cometemos errores, simplemente no controlamos al 100% lo que ocurre, clara demostración de que estamos en el mundo de la inducción.

Imagine que se le propone que haga series de números  2,4 y 6. ¿Cómo determinamos las normas inherentes a esa relación? 

-Si decimos 20, 22 y 24 ¿respetamos la norma?. 
-Si decimos  7, 5 y 3 ¿diremos que esa respuesta no se ajusta a la norma? 


Construimos una hipótesis con el hecho de que  tenemos tres número en orden ascendente. Pero si decimos 2, 4, 1000.000 diremos que también cumple la norma ya que la norma establece series de tres números en orden ascendente pero no necesariamente sujetos a una secuencia. Construimos hipótesis y tratamos de demostrarla cuando lo eficiente es ir contra ella y demostrar que no es cierta.

Solución al caso 1:

La respuesta es si, porque que Hellen esté o no casada es indiferente. Siempre habrá un casado mirando a un no casado.

Solución al caso 2:

Tal vez usted opte por la segunda, pero estará en un error porque según el cálculo de probabilidades, una combinación tiene menos posibilidades de producirse y  a veces la creatividad está más en los ojos que en el cerebro.

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